Viernes 24 Enero
Marcos 3, 13-19
~ Subió al monte y llamó a los que Él quiso,
y ellos se acercaron ~
El monte lo podemos interpretar como signo de la presencia de Dios; es el lugar de la esfera divina, en la que se da el encuentro del hombre con Dios.
Jesús envía con autoridad divina. Envía a quienes ama, aquellos que han respondido a su llamada. Ellos se acercaron a Jesús, esto les implicó, además de adherirse a su proyecto, alejarse de la institución judía, con la que Jesús estaba rompiendo (cf 3,1-7a)
Los doce pueden ser símbolo de las doce tribus de Israel, con los que Jesús formará el nuevo pueblo de Dios.
El envío es de servicio. Lo primero es el anuncio, la predicación. Pero el anuncio del Reino de Dios nunca es solo palabra, o mera enseñanza. Anunciar a Jesús es acontecimiento, al modo en que Jesús irrumpe: Jesús es Palabra de Dios y es persona; cuando se anuncia correctamente, nos atrae al encuentro con Él; de la misma manera que atrajo a los primeros. Entonces, respondemos como los primeros discípulos, nos acercamos a Él, y luego, podemos ser enviados, a servir.
El poder de exorcizar, cumple el gran acontecimiento de la Palabra anunciada: liberar de ideologías y de fuerzas contrarias a la vida de Dios.
¿No es verdad que a veces parece que necesitamos exorcizar el mundo; es decir, vencer sus malos espíritus e ideologías para vivir más plenamente?
Pues parece que todo se puede hacer desde nuestros ambientes laborales y familiares, solo basta acercarse a Jesús, que implica alejarse de las ideologías de poder que esclavizan al hombre.
Oración:
Señor Jesús, muéstrame la manera de acercarme a ti, deseo ser tu mensajero, anunciarte para que acontezcan cosas importantes en mi comunidad.
Permite que, junto con mi familia, subamos muchas veces al monte y nos encontremos contigo. Que sirvamos a tu Evangelio y que nos acerquemos más y más a ti. Amén.