Domingo 3 Noviembre
Marcos 12, 28-34
~ Viendo Jesús que había respondido inteligentemente,
le dijo: no estás lejos del reino de Dios ~
El escriba que se acercó a Jesús y le preguntó: “¿Cuál es el primero de todos los mandamientos?”, parece un hombre sensato. Más allá de los dogmas de su tradición judía, habría buscado una verdad más universal. Estaba convencido de la autenticidad y novedad de las enseñanzas de ese nuevo maestro, y deseaba saber si Jesús habría llegado a la misma conclusión a la que él estaba llegando: que el mandamiento de la ley, fuera en realidad un mandamiento de amor. Que al amor de Dios, le siguiera, sin defecto, el amor al prójimo.
Parece que a nosotros nos cuesta trabajo vivir cualquier ley y, más aún, el mandamiento divino. Recibimos muy poco la propuesta de la ley de Dios y terminamos creando nuestras propias leyes, a veces contra los de nuestra misma especie. Leyes como la de la selva, que nos hace tan lejanos como prójimos y tan recelosos de cualquier relación.
¿Qué tan lejos estamos del Reino? Acercarse implica parecernos un poco al escriba del Evangelio, buscar con autenticidad más allá de los dogmas de nuestra tradición, una lectura más universal y verás de la ley de Dios que está inscrita en nuestros corazones. Se trata de amar, más que de obedecer. Y si obedecemos que sea porque el amor nos ha precedido. Acercarse al Reino implica, además, volver a confiar en la persona humana, reconsiderar el amor al prójimo desde la novedad de Jesús.
Podemos ver que el amor es la religión de Jesús. Acerquémonos a Él, a su reino.
Oración:
Señor Jesús, has posible que junto con mi familia nos acerquemos a ti. Que pasemos de amar a nuestro prójimo como a nosotros mismos, a amarnos como tú nos has amado, y después a dar la vida por los que amamos, a semejanza tuya. Amén.


