Miércoles 24 Febrero

Lucas 11, 29-32

 

~ Esta generación es una generación malvada;

pide una señal, y no se le dará otra que la de Jonás ~

 

Es posible que estemos igual que los que seguían a Jesús. A veces parece que le exigimos una señal, como una credencial, para creerle. En el fondo, tratamos de escabullir de la conversión.

Por más milagros que pasen a nuestra vista, no los veremos, si no tenemos una actitud mínima de fe.

¿Qué signos he pedido para creer en Jesús? El signo de Jonás (que Lucas no concreta, y que en Mateo encontramos: así como Jonás estuvo tres días y tres noches en el vientre del cetáceo, así tres días y tres noches estará el Hijo del hombre en el seno de la tierra. 12,40), es poca cosa ante el signo de la muerte y resurrección de Jesús.

Al referir este texto de Jonás, Jesús anuncia, no solo que él es el culmen de cuanto se ha anunciado, sino que a partir de ahora, Dios designa su salvación a todas las naciones de la tierra, pues se complace en perdonar a todo el que se convierte y a cuantos aceptan su señal como un sacramento.

Jesús es el signo visible y personal de salvación, si no lo acogemos con ánimo contrito y corazón humilde, podríamos perecer.

 

Oración:

Señor Jesús, perdona las veces en que te he pedido credenciales para creer en ti. Ayúdame a vivir esta cuaresma con actitud de enmienda, que logre descubrir tu signo como instrumento de salvación.

Que junto con mi familia, vivíamos una profunda conversión. Que logremos ver la fuerza de tu obra salvador. Que nos asomemos al misterio por el que nos salvas. Que no deseemos otro signo que tus sacramentos, y la vida de gracia que nos regalas. Amén.

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