Sábado 10 Abril
Marcos 16, 9-15
~ Jesús, que había resucitado a la mañana del primer día
de la semana, se apareció primero a María Magdalena, aquella de quien había echado siete demonios ~
Las apariciones de Jesús son históricas, están constatadas por los testigos y consignadas en los evangelios. En este texto, del final canónico añadido a Marcos, encontramos el olor del ambiente de la resurrección de Jesús. La comunidad de amigos que Él había formado y el grueso de sus seguidores, se mantuvieron cautivados en los signos de vida de Jesús. Cada encuentro con el resucitado, confirmaba el dato del sepulcro vacío y los llevaba a releer su experiencia de Jesús.
En cada aparición, se concretaba una nueva profesión de fe por parte de los discípulos, la cual trascendía su grupo familiar como anuncio kerigmático. En cada una de esas apariciones, los discípulos se encontraron personalmente con Jesús; constataron que era el mismo, con los signos de la cruz, pero ahora, de una manera gloriosa.
Nosotros hoy, podemos recoger estos testimonios, imaginar el espíritu con el que vivió aquella primera comunidad, y reconocer en nuestros ambientes de comunidad, a Jesús que prueba de nueva cuenta a encontrarse con nosotros.
¡Dejemos que el ambiente de la resurrección nos embargue! Dejémonos encontrar por Jesús.
Oración:
Señor Jesús, cada mañana de estos días de tu resurrección, deseo contemplarte. En la penumbra y el fresco del amanecer me entretengo para sentirte. Me emociona entender cómo estabas aquellos días de tu nueva vida. Permíteme recrear el ambiente de tu resurrección, en mi trabajo y con la familia.
Haz posible cada uno de nosotros, en nuestro hogar, reconozcamos tu presencia amorosa y la estela de tu aroma. Que el ambiente de tu resurrección nos siga hablando de tu amor y de tu amistad. Amén.