Martes 21 Mayo

Marcos 9, 30-37

~ Si uno quiere ser el primero,

sea el último de todos y el servidor de todos ~

Los discípulos de Jesús, siguen cerrados a su propuesta de dar la vida. Ambicionan la preminencia, conforme a los criterios del judaísmo. Da la impresión de que no hubiesen aprendido nada en las enseñanzas anteriores.

Jesús los llama. Como si no estuvieran junto a él. En realidad, aunque físicamente estarían a su lado, afectiva y solidariamente, estaban muy distantes. Quiere recordarles lo que significa estar con Él: ser último y servidor de todos, renunciar a la ambición.

El niño que Jesús puso al centro, puede ser la imagen perfecta del discípulo: un criadillo, un pequeño servidor. De esos niños nobles que quieren participar en todo, pero que dependen del acompañamiento y autoridad del padre. A éste, Jesús no lo llama, porque no está lejos; simplemente lo tomó y lo puso en medio de todos. Es el que está más dispuesto, no a hacer su propio proyecto, sino a seguir el de Jesús.

Es probable que este niño, represente también a los seguidores no israelitas. Jesús lo abraza, para indicar a sus discípulos que los paganos, son también sus hermanos, su madre y su padre; a quienes Dios ama tanto como a ellos.

Se trata entonces, de “dar y recibir”

Después de dos mil años, nos hace falta sacudirnos la ambición. Con el correr de los años, dejamos de ser niños y decidimos erigirnos sobre nuestras propias producciones, sin considerar quizás, el proyecto de Dios.

Hoy nos viene bien intentar la libertad de cuando éramos niños. Dejar que Jesús decida sobre nuestras vidas, de cuando en cuando. Y descansar de las pretensiones de poder, el clasismo, el racismo y los escalafones. Al final descubriremos lo mejor, que recibir en las categorías de Jesús, nos lleva a la vida íntima de su Padre del cielo.

Quizás esto es lo que más necesitamos en este momento de nuestra sociedad, “dar y recibir”; sobre todo “recibirnos mutuamente”, en lugar de generar políticas de exclusión y marginación.

¿Cuánto te das? ¿Cuánto eres hospitalario?

Oración:

Señor Jesús, me goza tu diseño de sociedad. Añoro que nuestra libertad sea plena; que no aceptemos categorías políticas, religiosas y sociales de preminencia o de dominio. Permíteme ser sensible a tu proyecto, como este niño del evangelio.

Que en mi casa, con los míos, crezcamos en esta enseñanza. Que siempre estemos dispuestos a dar vida y amor, y a recibir a los demás. Amén.

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