Miércoles 8 Enero 

Marcos 6, 45-52

~ Lo vieron caminar sobre el agua ~

Jesús aparta a sus discípulos de la multitud, para que no se confundan. Corren el peligro de ceder ante la gente y hacer de Jesús un líder de masas.

La mejor acción para vencer la tentación del populismo y la vanidad, es la oración. Por eso se retira a orar.

Nos encontramos ante Jesús/Dios. En esta escena, descubrimos una nueva epifanía. 

Si los vientos les son contrarios, es porque el mal espíritu de sus ideologías y del triunfo popular los quebranta. Ahora están allí, a solas consigo mismos, de frente a la verdad de Dios. Parecen vulnerables, pero más bien están en posibilidad de entender el misterio de Jesús. Se espantan porque no terminan de discernir entre sus fantasías y creencias y la presencia real de Dios.

Andar sobre las aguas y pasar de largo, es propio de Dios. Los discípulos pasan de sus miedos infantiles, al temor “teofánico”, el temor natural que invade al ser humano, cuando se descubre ante la presencia directa de Dios.

Jesús los calma: “Soy yo”. No es una simple fórmula de presentación, como para que lo reconozcan. Significa el ser de Dios: Yo Soy, es el Dios que envió a Moisés a hablar con el faraón en Egipto. Yo soy, implica a Dios como principio de ser y de vida, el absoluto que todo lo hace relativo. Si Dios mismo está con ellos ¿A qué temer?

¿Cuáles son nuestros miedos, en este momento?

¿Cómo mantengo el miedo reverencial frente a Dios?

¿Cuáles son mis vientos contrarios?

Oración:

Señor Jesús, no permitas que haga de ti una bandera para ganar popularidad y poder. Permíteme superar mis miedos infantiles y acercarme a tu presencia con paz.

Que mi familia y yo nos mantengamos fieles a ti; que superemos los vientos contrarios, y que no tengamos otro temor que fallarte a ti, o no reconocerte en medio de la bruma e inestabilidad de nuestra sociedad. Amén.

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