Jueves 7 Marzo

Lucas 11, 14-23

~ El que no está conmigo, está contra mí,

y el que no recoge conmigo, desparrama ~

Jesús está liberando al pueblo de ideologías. Les cuesta trabajo asimilar el poder de su verdad. El demonio representa una ideología que, en este caso, encierra al hombre en sí mismo. Esto lo imposibilita para la comunicación.

Haber liberado al mudo es una señal mesiánica que los presentes no quisieron interpretar. Lucas escribe que Jesús expulsa demonios por el “dedo de Dios” ––a diferencia de Mt 12,28 “el Espíritu de Dios”––, nos recuerda el Éxodo (8,15) y las plagas de Egipto. Quiere decir que la acción liberadora de Dios ya no se opera por plagas, sino de manera directa en el hombre. Jesús aparece como nuevo Moisés, liberador. Este es el signo de que el Reino de Dios ha llegado.

En la antigüedad, los contemporáneos de Jeremías eran sordos al proyecto de Dios; los de Jesús son ciegos a sus signos. El resultado es el hombre mudo. Si no escuchamos a Dios y no interpretamos sus signos, no sabemos hablar. Dejamos que alguien más hable por nosotros. Esto es estar endemoniado y esta es la ideología que Jesús vino a desterrar.

¿Cuáles son tus ideologías? ¿Cuáles tus demonios?

Por lo demás, Jesús es muy claro. Él es más fuerte que la ideología del demonio, y quiere que nos definamos: o recogemos con Él, o desparramamos.

Oración:

Señor Jesús, sáname como al mudo del Evangelio. Ayúdame a vencer lo que no es de mí; abre mi boca para comunicar verdades, justicia, paz y liberación.

Que con los míos, desde nuestro hogar, experimentemos la paz verdadera y completa que da la reconciliación contigo y con nuestros hermanos. Amén.

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