Lunes 12 Abril

Juan 3, 1-8

 

~ Le dijo Nicodemo: “¿Cómo puede uno nacer siendo ya viejo? ¿Puede acaso entrar otra vez en el seno de su madre y nacer?” Respondió Jesús: “Pues sí, te lo aseguro:

el que no nazca de agua y de Espíritu

no puede entrar en el Reino de Dios ~

 

Nicodemo se expone, desde una fe incipiente, a encontrarse con Jesús. Ve en Jesús al hombre de la Ley, al Mesías maestro. Sin embargo, tiene que aprender que el proyecto de Jesús no parte de imposición de ley alguna, sino de la creación de un hombre nuevo; aquel que nace del espíritu; esto supone una ruptura con el pasado y el arranque de una vida nueva, luminosa, creativa, de libertad y de amor.

La carne, representa al hombre no acabado, débil e imperfecto; a quien la ley solo ha llevado al rezago y al fracaso.

Lo que nace del Espíritu es lo definitivo, lo fuerte, permite al hombre la capacidad de amar y de dialogar con Dios.

Nacer de nuevo puede iniciar en nosotros, una ventura interminable de experiencias en Dios y con los demás. La vida nueva del Espíritu tiene poder para llevarnos al límite de nuestra propia condición, y para cruzarnos más allá, en la vida misma de Dios.

Intuyamos en nuestras noches de inseguridad y de miedo, como Nicodemo, que Jesús tiene algo más para nosotros. Atrevámonos a salir a su encuentro. ¡Nazcamos de nuevo! Encontraremos lo más bello de nosotros mismos, de Dios y de los demás.

¡Nazcamos de nuevo!

 

Oración:

Señor Jesús, que nazca yo de nuevo; que las habilidades espirituales y corporales que me has dado, me sirvan para experimentar mi nueva vida. Que sienta la perenne juventud de tu Espíritu y pueda recrear mis ambientes.

Permite que en mi familia, volvamos a nacer, hoy y siempre, a través de tu Espíritu de amor; que en ti nos movamos y lleguemos hasta donde tú quieras, en este soplo de tu amor y de tu unidad seamos uno. Amén.

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