Viernes 7 Febrero
Marcos 6, 14-29: “Es Juan, a quien yo le corté la cabeza, y que ha resucitado ”
El adulterio público de Herodes y Herodías, sirve de trasfondo, para decir de la infidelidad a Dios.
La muerte de Juan Bautista, es una respuesta a su fidelidad. Lo único que desea es cumplir con su misión hasta las últimas consecuencias; al grado de testificar con su sangre su adhesión a los mandamientos y a Dios.
La hija de Herodías, nos da la imagen de la superficialidad con la que el pueblo se conduce, de frente a las cosas de Dios y de los hombres.
Es verdad, detrás de nuestros desordenes pasionales y abusos de poder, aparece la muerte. Primero la muerte de los profetas, los que no se vencen ante el dominio de la injusticia, la violencia y el poder. Después, la miseria y la muerte de los más vulnerables y pobres.
Veamos que la muerte de Juan Bautista, en manos del poder civil, por instigación del poder judío, anticipa la misma manera en que morirá Jesús.
Intentemos ser fieles y auténticos, sacudámonos la tentación de colaborar con el poder infiel; el poder que mata para acallar la voz de su conciencia.
Oración:
Señor Jesús, gracias por abrir mi mente y mi corazón; que mis días transcurran en el cuidado de mi fidelidad a ti y a mis hermanos.
Permite que junto con mi familia, templemos nuestro profetismo. Que estemos listos a vivir con intensidad nuestra fe, a mostrar nuestra fidelidad a ti y a la persona humana, por quien diste la vida. Amén.