Jueves 17 Octubre
Lucas 11, 47-54
~ ¡Ay de ustedes, los legistas,
que se han llevado la llave de la ciencia!
No entraron ustedes,
y a los que están entrando se lo han impedido ~
Jesús lanza otras dos malaventuranzas contra los juristas. Aparentan honrar a los profetas asesinados por sus antepasados, pero los sepultan definitivamente al no dar valor a su profetismo. Igual que sus padres, que en el pasado asesinaron a los profetas, ahora estos realizan una actividad homicida: pretenden silenciar el mensaje de Dios, llevado por Jesús y sus emisarios.
La generación a la que se pedirá cuentas es la del Mesías, la que no acepta ni a Juan ni a Jesús (cf 7,31; 9,41; 11,29ss).
La segunda malaventuranza es que traicionan su función de enseñar y abrir la sabiduría de Dios para el pueblo, porque ni entran, y a los que están entrando se lo han impedido. Monopolizan y manipulan el saber, impidiendo que el Reino de Dios construya una sociedad nueva.
En parte, esta actitud de los legistas es muy cercana a nosotros. También en la actualidad nos saboteamos a nosotros mismos por conveniencias temporales. Las malaventuranzas que Jesús lanzó contra los juristas de su tiempo nos sirven para que revisemos si somos responsables con lo que hemos recibido. No solo en lo material y en lo profesional, sino en lo trascendente. Si pensamos por un momento en la honra que merecen nuestros antepasados, y en la responsabilidad que tenemos de empujar a la sociedad a un nivel de vida más libre y digno, nos daremos cuenta de que no hemos terminado una misión paralela y quizás más importante que la sola misión laboral.
¿Cuál generación estamos siendo? Quizás una que, igual a la del tiempo de Jesús, no quiere escuchar profetas y los sigue asesinando o silenciando.
Todos tenemos sangre de profetas, más aún los bautizados. ¿Por qué no se nota nuestro profetismo?
¿Qué llave de la ciencia nos hemos llevado después de cerrar la entrada al saber de Dios y a la ciencia del bien vivir?
Jesús les habló de conducta a los legistas, llevándolos a un terreno en que no se pudieron defender; por eso intentaron cazarlo en la doctrina.
Utilicemos nuestra llave de la ciencia, abramos el saber que hemos acumulado, para que muchos en nuestra sociedad emerjan. Pero hagámoslo al modo de Jesús: a través de la conducta. Este estilo de profetismo es incontestable. Si hacemos esto, entonces sí; que a nivel individual o como generación, ¡se nos pidan cuentas!
Oración:
Señor Jesús, me doy cuenta de que nadie viene de la nada; mientras vivo mi historia personal, debo honrar cuanto he recibido, tanto de mis antepasados de sangre como del profetismo de infinidad de cristianos, que dieron su vida y su sangre para hacer madurar el mundo. Me siento responsable de abrirme a los nuevos profetismos que suscitas en tu pueblo. No permitas que yo apague la voz de ningún profeta auténtico. Enséñame a usar la llave de la ciencia, desde el ejercicio de mi profesión, para bien de cuantos me necesitan.
Permite que en casa, con los míos, siempre invoquemos profetas, que sepamos dar cuentas de nuestras vidas; y que usemos la llave de la ciencia hablando de nuestro profetismo con acciones liberadoras. Amén.