Nuestro Cambio De Época…
Jueves 25 Noviembre
Lucas 21, 20-28
~ Cuando empiecen a suceder estas cosas, anímense
y levanten la cabeza porque se acerca su liberación ~
Jesús anuncia un cambio de época: la ruina de Jerusalén, que corresponde al “día del hombre” (17,24.37; 13,15; 19,27); inaugura la época de los paganos, y coincide con la llegada del reino de Dios.
Una solución emergente es huir lo más rápido posible para resguardarse mientras pasan los días de venganza; y después soportar la caída del sistema político y religioso.
La catástrofe cósmica que predice Jesús ––señales en el sol, en la luna y en las estrellas; y en la tierra, angustia de las gentes, perplejas por el estruendo del mar y de las olas–– es símbolo de la caída del orden social injusto (Is 13,10; 34,4; Ez 32,7). Esta catástrofe aparece como inauguración de un mundo nuevo.
Quienes son fuertes para soportar el cambio, e inteligentes para encontrar el futuro en lugar de espantarse como lo hacen los que no tienen fe, se mantienen corroborando que su labor contribuyó a esta caída y al resurgimiento de la nueva era.
Los discípulos hemos de animarnos cuando estas cosas sucedan, porque serán la señal inequívoca de la liberación.
El momento de la historia que vivimos también comporta un cambio de época que se suma al gran cambio en la era de Jesucristo. Este cambio más inmediato que nos está impactando, con todo lo desalentador que pudiera parecernos, está lleno de oportunidades y luces para trabajar. Abrámonos a los avances de la ciencia y la tecnología; pero no solo a estos, sino también, y con más empeño, a la comprensión de un ser humano nuevo, libre, universal, desarrollado en su sensibilidad y en su actitud fraterna y caritativa.
Construyamos junto a Jesús nuestro cambio de época, manteniéndonos firmes ante cualquier ruina, y participando en la definición del nuevo orden humano y social.
Oración:
Señor Jesús, gracias por menguar mis miedos. Considero que seré fuerte para resistir el cambio de época que me ha tocado vivir. Ayúdame a amar cuanto viene, a discernir con mayor velocidad que antes sobre lo que está por suceder y aquello que contribuye a que tu proyecto se complete. Escuchar este Evangelio me llena de esperanza.
Permite que junto con los míos, desde nuestro hogar, vivamos cada día como el primero de nuestra comunidad familiar y como el último; pero seguros de que después de grandes catástrofes nos mantendremos firmes, con el rostro iluminado por la llegada de tu universo. Amén.