Jueves 27 Julio

Mateo 13, 10-17

 

~ Porque al que tiene se le dará de sobra,

y al que no tiene, se le quitará hasta lo que tiene ~

 

Los discípulos consideran que el mensaje de Jesús es accesible para todos; y que, por lo mismo, no es necesario recurrir a las parábolas.

 

Jesús les muestra que para quienes conviven con Él, es relativamente fácil conocer lo que implica el reinado de Dios, es decir: que es universal, que no se reduce a los israelitas; además, que a partir de este reino, cesan los privilegios e instituciones de Israel, y que el hombre es señor de la ley y no al revés. Pero comprender esto no es igual de sencillo para las multitudes y para los dirigentes judíos, que siguen aferrados al espíritu nacionalista.

 

Para nosotros puede ser tan difícil entender el mensaje, como lo era para las multitudes que seguían a Jesús; sobre todo si no superamos las ideologías que nos incapacitan para este conocimiento; por ejemplo, el materialismo, el relativismo ético y religioso, o la simple incredulidad.

 

El juego de palabras: “Al que tiene se le dará de sobra, y al que no tiene, se le quitará hasta lo que tiene”, y “miran sin ver y escuchan sin oír ni entender”, nos propone, por mínimo, realizar un esfuerzo para alcanzar las realidades del Reino. Es muy probable que muchos de nosotros nos hayamos acostumbrado a recibir cualquier información, ya sea sobre creyente o no, de manera gratuita y casi automática. En el contexto del presente Evangelio, asumamos el reto de penetrar el misterio de Dios hasta donde nos sea posible; pero, es claro, con una actitud de escucha y una lectura creyente de cuanto Jesús nos propone.

 

¡Oigamos, veamos y entendamos más allá de nuestros propios condicionamientos sociales, políticos o culturales, y más allá de cualquier ideología!

 

Oración:

Señor Jesús, me anima escudriñar tu misterio de esta forma, mediante parábolas y escuchando con un corazón abierto y dispuesto. Ayúdame a no cerrar mi inteligencia ante el ofrecimiento de los valores de tu Reino.

 

Haz posible que en casa, en armonía con los míos, podamos conciliar las ciencias del mundo con la ciencia de tu eternidad. No permitas que ninguno de mis hijos se estanque en cualquier ideología del saber, del poder o del tener. Amén

 

 

 

 

 

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