Miércoles 2 Octubre

Santos Ángeles Custodios

Mateo 18, 1-5. 10

~ Sus ángeles, en los cielos, ven continuamente el rostro de mi Padre ~

 

En el día en que celebramos a nuestros Ángeles custodios, recordamos que ellos son servidores y mensajeros de Dios. Y que nuestra vida, desde su comienzo hasta su muerte, está rodeada de su custodia y de su intercesión (Cfr. CIC 329-336).

Nosotros podemos traslucir desde ahora, nuestra relación con los Ángeles, como cuando servimos en el Reino de Jesús; al estilo de un pequeño criadillo en una comunidad o en una familia extendida. Esos niños, incluso sin padre o madre, a quienes la familia patriarcal ahijaba, y del mismo modo, una comunidad. Este tipo de niños-sirvientes llegan a hacer tan propia la causa familiar, que están dispuestos a dar más que los propios hijos en favor de los demás. Renuncian a toda ambición personal (Cfr. 5,3; 16,24) con tal de servir y de ocupar un lugar.

Como nuevos discípulos, sintámonos invitados, por medio del presente Evangelio, a reflejar la imagen de estos niños. Que el criadillo, chiquillo-servidor que propone Jesús, sea nuestro modelo. Que adoptemos esta actitud en la misión. Si logramos recoger la causa de Jesús, igual que un pequeño servidor lleva como propia la causa de la familia-comunidad a la que pertenece, nuestra presencia en cualquier lugar tendrá cabida; y el rostro de Jesús, que llevamos dentro, resplandecerá apetecible como un tesoro recién descubierto.

Los pequeños, entonces, son un don precioso. Si buscamos parecernos a ellos, lograremos una intimidad con Dios.

¡Seamos criadillos ante Dios, no de los que mandan, sino de los que sirven!

Oración:

Señor Jesús, que vivamos una historia familiar y de comunidad abierta a esas pequeñas personas que hacen la diferencia entre la ley de la selva y el paraíso que todos queremos. Amén.

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