Martes 18 Febrero
Marcos 8, 14-21
~ Abran los ojos y cuídense de la levadura de los fariseos y de la de Herodes ~
Jesús debió experimentar una gran desilusión con sus discípulos. No han entendido nada. Ni siquiera habiendo visto las dos multiplicaciones de pan, logran cambiar de categorías. Siguen viendo con los mismos ojos. Quien ha experimentado a Dios, no puede seguir viviendo de la misma manera. La levadura de los fariseos y de Herodes, significa una actitud cerrada a la novedad de Dios, a su libertad; además es símbolo de corrupción, por eso la pascua judía debía celebrarse con panes ácimos.
Abrir los ojos para los discípulos, implica introducirse a un nuevo universo de su propia existencia. Vencer las ideologías de su tiempo, especialmente la del mesianismo nacionalista de Jesús. Necesitan estar libres de todo condicionamiento y prejuicio, para ver las obras de Dios.
Creo que es claro para todos, que después de una experiencia profunda de Dios, jamás volvemos a ser los mismos.
Para el asunto concreto que hoy ocupaba a los discípulos, resulta ridículo, preocuparse por el pan. Están allí para algo más trascendente que el alimento de ese día. Pero aun así, debieron desarrollar la enseñanza anterior: con el don generoso de uno solo, alcanza para todos. Las nuevas categorías de Cristo hablan de la comunión y la solidaridad. Estando unidos, a nadie le faltará nada.
Nosotros podríamos calarnos en esta nueva manera de ver. Intentemos hacer las cosas de manera diferente; aunque seamos autosuficientes en cualquier cosa, hagamos participar a los demás, con quienes hacemos el día o el trabajo, y veremos los resultados. Veremos con ojos nuevos.
¿Qué novedad descubro de mi vida en Cristo?
¿En qué soy diferente?
¿Hasta dónde pueden llevarme las nuevas categorías de mi relación con Jesús?
¡Veamos con ojos nuevos!
Oración:
Señor Jesús, que se me abran los ojos. Que vea con ojos nuevos. Deseo encontrar nuevas formas de actuar frente a ti y a los demás. ¡Cuánto deseo ser libre, actuar sin condicionamientos y gozar siguiéndote! Que se me abran los ojos, para vivir en plenitud, para crecer espiritualmente, para verte cuando nos devuelves los sentidos y nos liberas del engaño y la corrupción.
Permite que en nuestra familia te seamos fieles, buenos discípulos, que en el día a día, recojamos tus enseñanzas y gocemos de la vida nueva que nos das. Amén.