Miércoles 11 Diciembre
Mateo 11, 28-30
~ Tomen mi yugo sobre ustedes y aprendan de mí,
que soy manso y humilde de corazón,
y encontrarán descanso ~
Jesús ha encontrado en quienes lo siguen, la necesidad de alivio. ¿De qué están cansados y agobiados? De la sociedad injusta, de las autoridades políticas y religiosas, de sus enseñanzas y la demagogia con la que dominan al pueblo. Están cansados de no alcanzar una vida digna y un desarrollo integral que los alegre.
Es muy probable que sea nuestro caso. ¡Cuántas veces nos abruma el rezago en nuestro paisaje social! La sensación de no poder hacer nada. Que todos los esfuerzos en familia o en pequeños grupos no pueden palear el malestar generalizado de nuestra sociedad.
El descanso que podemos tener, lo propone Jesús con una condición: tomar sobre nosotros su yugo, y aprender de Él que es manso y humilde de corazón. Pero, ¿en qué consiste este yugo que en lugar de pesar aligera, y en lugar de aplastar levanta?
Es el yugo de la ley que nace del amor. Implica nuestra ley interna, la manera como nos regimos para cambiar las actitudes egoístas por acciones que generen comunidad. Desde esta ley interna podemos abandonar la ambición de poder y de dominio.
El verdadero alivio para una sociedad cansada de tantas heridas, de hambres, de injusticias, de los daños psicológicos y morales causadas por el falso bienestar, está en cargar y jalar con el yugo, de la humildad, la mansedumbre y la tolerancia razonables. Una ley que nace de una auténtica fraternidad.
¿Qué yugo me cansa y me agobia hoy? Hagamos un cambio discreto, pero mantenido en el servicio a los demás. Carguemos con nuevas convicciones y descansaremos.
Oración:
Señor, qué miserable soy cuando, a pesar de todos los innumerables dones con los que has colmado mi vida, aún me siento cansado y agobiado ante los problemas cotidianos. Ilumina mi oración para experimentar tu cercanía, tu fidelidad, tu misericordia y la bondad de tu corazón. Amén.