Martes 30 Julio

Mateo 13,36-43

~ La buena semilla son los ciudadanos del reino ~

 

La mayoría de las veces, los discípulos pidieron a Jesús una explicación particular de las parábolas. (41 de 63). Apartados de la muchedumbre, a solas con Él, deseaban asegurarse de entender con la máxima fidelidad posible el mensaje de su maestro.

Aunque han pasado dos mil años y las Palabras de Jesús se han dicho una y otra vez, debemos reconocer que siempre hace falta una explicación o una interpretación que nos acerque a la intención original con que Él las dijo.

Consideremos, primero, que el mensaje del Reino, que Jesús predica accesible a la humanidad entera, tiene siempre un aspecto individual destinado a formar el “hombre nuevo”; y un aspecto social que intenta construir la “sociedad alternativa”.

En la interpretación que hace Jesús de la parábola de la cizaña, vemos dos partes: una describe el significado de las siete palabras que estructuran el relato; la otra, el destino diferente al que llegarán la cizaña y el trigo. Al centro de este Evangelio encontramos que Dios tiene paciencia con nosotros, que espera hasta el final de nuestra existencia un cambio que nos permita gozar de la vida que nos ofrece.

La explicación de esta parábola nos lleva a comprender que nosotros somos esa buena semilla; que no somos un mensaje teórico, sino una realidad viviente. Con nuestra práctica, hacemos eficaz el Evangelio mismo. Estamos de frente y en oposición a los secuaces del Malo, los partidarios del poder desordenado, el prestigio como forma de vanidad y soberbia, y la riqueza que surge de la injusticia. Su mala semilla se nota en las desviaciones que en ciertas oportunidades contagian al hombre cristiano, en los escándalos y en la iniquidad.

Este Reinado de Dios, que estamos llamados a mantener puro hasta el final, no se impone a la sociedad, sino que se sostiene en un sano antagonismo, como oportunidad para todos.

Al fin y al cabo, es nuestro reinado, el del Hijo del hombre, en el que nosotros tenemos participación. Nunca como hoy puede quedarnos claro que ser parte del Reino de Jesús trasciende toda participación política o ideológica; y, sin embargo, su punto de llegada es este: tocar las realidades temporales con el más alto valor a la persona humana y al bien común.

Como semilla buena del Reino, ¡mantengámonos en sana oposición! Al final seremos justos y brillaremos como el sol ante nuestro Padre Dios y ante los demás.

Oración:

Señor Jesús, gracias por tus parábolas. Me doy cuenta de que estas analogías trascienden mi pensamiento. Ayúdame a tener oídos para escuchar, y a ser valiente para enfrentar la oposición de los secuaces del maligno y su mala semilla. Inspírame para que pueda yo interpretar tu Palabra y acometer donde lo pidan las realidades de injusticia en que vivimos. Haz posible que, junto con mi familia, seamos garantía de las realidades del Reino que nos ofreces; que nuestros amigos y familiares experimenten la consistencia de nuestra fe y amor a ti, a tu Padre y en el Espíritu. Amén.

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