Que yo venga a menos
24 Enero
Juan 3, 22-30
~ El amigo del novio, el que asiste y le oye, se alegra mucho con la voz del novio ~
El protagonismo de Juan toca su fin. En el momento más oportuno, Juan Bautista se alegra con la voz de Jesús. Ni por un instante le pasó por la mente ocupar su lugar. Él vino delante de Él a prepararle el camino.
No es abusivo aplicar esta enseñanza a nuestra propia vida. Si lo pensamos bien, igual que Juan, necesitamos venir a menos, para que aparezca resplandeciente nuestro ser en Cristo. Y es que corremos el riesgo de que las ideologías de dominio y de poder en las que vivimos, nos imbuyan vanos deseos de protagonismo.
Nuestro bautismo no ha sido solo el de Juan, sino el de Jesús. Es un bautismo de conversión, pero también de unción. Es decir, estamos cristificados en Jesús, nos viene bien bajarnos un poco, igual que Él lo hizo, venir a menos, para que Él crezca en nuestro universo de relaciones y en nuestra íntima relación con Dios.
Parece contradictorio que cuando nuestra sociedad, igual que los judíos en tiempo de Jesús, propone erguirse sobre los demás, nosotros gocemos de venir a menos; pero no lo es. Más aún, que vengamos a menos, para que aparezca la propuesta definitiva de Dios, puede darnos el todo que necesitamos para ser felices. No somos término de nada, no estamos acabados en nuestro ser, solo cuando se lo permitimos a Dios.
Oración:
Señor Jesús, no permitas que suplante tu lugar. Aunque a veces siento el deseo de ser grande y único, descubro que si esto sucede al margen de tu propuesta de salvación, cometo el más grande de los errores.
Permite que mi familia y yo aprendamos a venir a menos, para que tú crezcas reluciente en los rostros de quienes más te necesitan; en aquellos a quienes podemos mostrarles que tú eres el único Dios. Amén.
Deivy buritica
27 enero, 2024 at 10:22 pmExcelente reflexión…