¡Te creo Jesús!
Lunes 24 Febrero
Marcos 9, 14-29
~ Al instante, gritó el padre del muchacho:
“¡Creo, Señor, pero dame tú la fe que me falta!” ~
Los escribas acosan a los discípulos. Estarían proponiendo a la muchedumbre, que esperaran a una salvación milagrosa en el futuro, pero sin intentar en lo mínimo, remediar la injusticia social.
El epiléptico, más allá de su condición personal, representa el nudo de injusticias institucionalizadas que oprimen al pueblo.
Los discípulos no habían podido, porque todavía no terminan de comprender la manera en que Jesús salva.
Jesús libera al chiquillo y con él al pueblo, no solo de su enfermedad, sino de la ideología de opresión. Lo ha liberado de manera semejante a la resurrección de un muerto.
Es probable que muchos de nosotros, nos hayamos encontrado en una situación similar; especialmente como la del padre del chiquillo. Deseamos que aparezca Dios y que nos libere del mal; siguiendo la pedagogía de este evangelio, podemos entender que para que ocurra el milagro, la liberación de Dios, es necesario creerle a Jesús.
Gritemos hoy como el padre del muchacho: “¡Te creo Jesús, ayuda a mi poca fe!”, experimentemos la necesidad de Él, ese es el mejor ingrediente de nuestra oración. Es el momento único en que el poder de Dios se integra maravillosamente con nuestra fragilidad. Al final, ocurrirá lo mejor, aquello que necesitamos para nuestra salvación.
Oración:
Señor Jesús, creo pero aclara mi fe. Ayúdame a sentir necesidad de ti. A orar con certeza y amor. Que nunca me acostumbre a vivir oprimido por ningún mal espíritu.
Permite que junto con mi familia, vivamos fuertes en la oración. Que seamos capaces de liberar personas, por nuestra fe. Amén.